martes, 7 de julio de 2015

¿Hasta cuando se puede trabajar en el embarazo?

Desde la última mitad del siglo XX, más y más mujeres trabajan fuera del hogar. Hoy en día, más del 75 por ciento de mujeres continúa trabajando en el tercer trimestre, y más de la mitad trabaja hasta apenas unas pocas semanas antes del parto. Para muchas mujeres, el trabajar hasta el final del embarazo las mantiene felices y ocupadas, y las ayuda a no prestar demasiada atención a sus molestias. Por otro lado, muchas mujeres no tienen la opción de no trabajar, ya sea porque son la principal fuente de ingresos para sus familias o porque sus carreras son de primordial importancia. Aunque en la mayoría de los casos el trabajar durante todo el embarazo no causa problemas para el bebé, pueden haber algunas excepciones. No importa qué tipo de trabajo haga, dígale a su médico cuáles son las exigencias y condiciones de su trabajo.

El estrés durante el embarazo, ya sea relacionado con el trabajo o con situaciones en el hogar— no ha sido investigado muy bien. Algunos médicos creen que altos niveles de estrés pueden incrementar el riesgo de desarrollar preclampsia o un parto prematuro. Es obvio que demasiado estrés no es bueno para nadie. Por lo tanto, haga todo lo posible para disminuir el estrés en su vida.



Quizás su trabajo demande muy poco tiempo de estar de pie o de caminar, y quizás le permita trabajar horas normales y no es estresante. Si ése es el caso, y no tiene problemas médicos, puede sencillamente dejar de leer esta sección (¡y, por favor, díganos cuál es su trabajo!). Pero si usted es como el resto de nosotros, continúe leyendo.

Los trabajos sedentarios y libres de estrés no representan ningún riesgo durante el embarazo. Pero por otro lado, las ocupaciones que demandan trabajo físico pueden ser problemáticas. La mayoría de los trabajos se encuentran en el medio de esos extremos, pero aun en esos casos, la cantidad de estrés varía de acuerdo al individuo. Si su embarazo avanza sin complicaciones, probablemente podrá continuar trabajando justo hasta el día del parto. Sin embargo, quizás surjan algunas complicaciones durante el embarazo que determinen que es aconsejable disminuir la carga laboral o, simplemente, dejar de trabajar.

Por ejemplo, si desarrolla contracciones antes del término, su médico seguramente le aconsejará que deje de trabajar. Otras condiciones que pueden determinar una reducción de actividad física son la hipertensión y problemas con el crecimiento del bebé.

Si trabaja con computadoras, se preguntará si ha sido expuesta a algo peligroso. Pero no hay necesidad de preocuparse, porque no hay evidencias que demuestran que los campos electromagnéticos que emiten las computadoras sean un problema.

Algunos estudios sugieren que las mujeres que tienen trabajos relacionados con responsabilidades que requieren trabajos físicos, como el levantar cosas pesadas, trabajos manuales fuertes o esfuerzos físicos intensos, pueden correr el riesgo de dar a luz prematuramente, tener hipertensión, preeclampsia, o de tener bebés de bajo peso para su tiempo de gestación. Por otro lado, no ha sido demostrado que demasiadas horas de trabajo aumenten las posibilidades de un parto prematuro. Pero otros estudios han demostrado que trabajos que requieren muchas horas de pie (más de ocho horas al día) están relacionados con un aumento de dolor en la espalda y en los pies, con nacimientos antes de la fecha y con problemas circulatorios.

¡Buenas noticias! El uso de medias elásticas, aunque éstas no sean realmente atractivas, ayudan a disminuir las várices. Recuerde que su salud y la del bebé son su prioridad. No sienta que es “floja” porque tiene que cuidar de su embarazo. Algunas mujeres creen que si se quejan de ciertos síntomas o si toman unos minutos libres de sus obligaciones, para comer o ir al baño, van a recibir la desaprobación de sus jefes en el trabajo. No se sienta culpable sobre sus necesidades especiales durante este tiempo, y no permita que su trabajo la distraiga de prestarle atención a síntomas poco comunes. Si necesita tiempo para cuidarse de complicaciones, tómelo, y no se sienta culpable de hacerlo.

Las personas que nunca han estado embarazadas no comprenden totalmente los requerimientos físicos que usted tiene que enfrentar.


La ley y el embarazo


Tome tiempo para saber sus derechos con respecto al embarazo. En los Estados Unidos, una enmienda al Título VII de la Ley de Derechos Civiles de 1964, denominada The Pregnancy Discrimination Act (Ley de discriminación de la mujer embarazada), permite que las mujeres embarazadas reciban el mismo trato que otros empleados o solicitantes de empleo. Según esta ley, los empleadores no pueden negarle el empleo a ninguna mujer por su estado de embarazo, siempre que ella sea capaz de realizar las funciones principales del puesto. Si una empleada no puede temporalmente cumplir con las responsabilidades de su puesto a causa de su embarazo, el empleador debe tratarla de la misma manera que a cualquier otro empleado temporalmente incapacitado, y, por ejemplo, ofrecerle tareas alternativas, licencia por discapacidad, o licencia sin goce de sueldo.

La incapacidad durante el embarazo puede ser a causa del mismo embarazo, por ejemplo, la náusea y el vómito. Otra incapacidad se puede deber a complicaciones del embarazo, como hemorragia, parto prematuro, presión alta o, también, por estar sometida a situaciones peligrosas en el trabajo. Si su médico decide que su embarazo la incapacita, puede pedirle que envíe una carta a su empleador verificando su discapacidad.

El seguro de salud provisto por su empleador debe cubrir los gastos de las enfermedades relacionadas con el embarazo, de la misma forma que lo hace con cualquier enfermedad. La ley prohíbe a las compañías de seguros que consideren el embarazo como una enfermedad preexistente, lo que significa que no se le puede negar a usted la cobertura cuando al cambiar de trabajo debe inscribirse en otro plan de salud.

No hay comentarios :

Publicar un comentario