Los dolores de espalda son una queja y síntomas comunes que afligen a muchas mujeres durante el embarazo. Típicamente aparecen en la última etapa del embarazo, aunque también pueden sentirse antes. Una causa puede ser el cambio de su centro de gravedad. Otra puede ser el cambio en la curvatura de la columna vertebral a medida que el bebé crece y el útero se agranda. Puede conseguir un poco de alivio levantado los pies del suelo cuando pueda, aplicando un calorcito suave y tomando acetaminofén (Tylenol). Nuestras pacientes nos preguntan a menudo acerca del uso de fajas especialmente diseñadas para mujeres embarazadas, y que ellas han visto en anuncios publicitarios o que han oído hablar de ellas. Aunque algunas pacientes dicen que la faja ayuda, otras no piensan lo mismo.
Algunas mujeres como viemos durante las pruebas de 34 semanas de embarazo, sienten un dolor que se extiende desde la parte baja de la espalda hasta las nalgas y luego hacia abajo de una de las piernas. Ese dolor —o lo menos común, la falta de sensación— se conoce como ciática, que se debe a la presión sobre el nervio ciático, un nervio principal que se ramifica desde su espalda, pasa por la pelvis y caderas, y baja por las piernas. Se pueden mejorar los casos más leves con descanso en cama, baños tibios o parches calientes. Si usted tiene un dolor muy fuerte, puede necesitar un descanso prolongado en cama o ejercicios especiales. En ocasiones, el parto prematuro se presenta como un dolor de espalda. Sin embargo, si es un parto prematuro, el dolor aparece con más retortijones o calambres que vienen y se van, en lugar de ser constantes.
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